La mirada masculina y (mi) autoestima

Éste iba a ser mi primer post de reflexiones, pero el asunto de las elecciones sucedió y decidí sacar ese primero por relevancia dentro del marco político en Colombia. De todas formas, este post tiene un lugar especial porque se trata de uno (probablemente uno de los primeros) de los tantos aprendizajes que he tenido desde que vine a Suecia.

Como ya conté en una de las entradas en la sección de fotografía, hace un año realicé mi sueño desde que estaba adolescente de estudiar en el exterior. Ahora estoy viviendo y estudiando en una ciudad al norte de Suecia en donde el frío en invierno puede llegar casi a -30°C, pero en contraste, la gente que habita aquí tiene el corazoncito cálido, siempre una sonrisa y una palabra amable.

Emprender un viaje a tierras desconocidas siempre va a traer aprendizajes, y los míos llegaron casi inmediatamente. No solamente en términos de comida, cultura y lenguaje (se habla sueco e inglés), sino en términos personales y lo que, vivir en un país que tiene el asunto de derechos de las mujeres y la equidad bastante más avanzado que en otros lados, significa para una mujer latinoamericana como yo. Esta experiencia particular me cambió la percepción que tenía de mi autoestima y mi belleza…

Llegué a finales de agosto, del 2017, a esta ciudad norteña con una maleta llena de ropa para invierno, pero cuando me bajé del avión, resulta que aún estaba terminando el verano y la temperatura era superior a la de Bogotá (cuando me fui), así que no tenía mucha ropa adecuada para el momento. Tuve que improvisar un poco mi vestimenta y pese a que había dejado el 80% de mi ropa, la cual cargaba toda mi «identidad», en Colombia, no sentí que estuviera terriblemente mal vestida. Cuando iniciaron las clases, sin embargo, empecé a sentir que, o me había equivocado y estaba super mal vestida, o algo había pasado y había dejado mi «belleza» en Colombia…

Durante un par de meses tuve la sensación de «no soy pretty enough (suficientemente bella)» porque nadie (hombres) me volteaba a mirar… o al menos no como yo estaba acostumbrada en Colombia… En ningún momento he sentido que sea especialmente bella-modelo, pero aparentemente, a lo largo de mi vida he recibido un número de miradas que determinaron mi visión sobre mí misma y mi belleza. Esto de no recibir miradas lascivas, y un poco incómodas muchas veces, me puso a pensar sobre qué tanto yo validaba mi belleza por las miradas masculinas en la calle, por ejemplo, o por los comentarios que recibía de amigos, conocidos y hasta de los (mal llamados) piropos.

Dentro de mi círculo en Colombia, y lo que había escuchado hasta antes de venir, era que, a los europeos, y en especial a los nórdicos, les ‘mataban’ las latinas bajitas, menuditas, con pelo negro y ojos negros, o sea, básicamente yo; pero cuando llegué y no recibí la atención esperada, puse en tela de juicio mi belleza. Tanto, que un día me senté un rato muy largo en la fuente de la Universidad (un sitio más o menos central en el campus universitario), a observar el comportamiento de la gente. Ese día empecé a entender qué pasaba y cómo era manejado el asunto de las miradas y el acercamiento de las personas aquí.

Resulta que en Suecia las personas (hombres y mujeres) no te andan mirando de forma lasciva, de hecho, las personas te miran siempre a la cara y no a otros lados. Aquí las leyes en contra del abuso sexual son duras y claras. Cualquier persona te puede poner una demanda si se siente incómoda con tu mirada, o si le dijiste algo inapropiado. Esto lo tienen muy claro e interiorizado hombres y mujeres aquí. En Suecia tú no te vas a encontrar personas que te anden mirando como si te desvistieran, como sí pasa en Colombia, por ejemplo, en donde salir a la esquina significa que por lo menos tres hombres te miren como si te quisieran comer, y otros dos te hagan comentarios no solicitados sobre tu aspecto (y eso sin contar los comentarios que son groseros y ofensivos). Aquí, con la mitad de uno de esos comentarios o miradas ya tendría a la policía encima.

Todo esto me hizo pensar en la relación entre la autoestima femenina (o incluso masculina) y la mirada masculina. ¿Qué tan acostumbradas estamos las mujeres latinoamericanas (voy a generalizar en este caso), a recibir cierto tipo de miradas de nuestros compañeros hombres? ¿Qué tanto llegamos a definir nuestro aspecto a partir de la mirada masculina? Éstas preguntas son importantes dentro del marco que estoy contando porque la verdad, no fue sino hasta que esta situación me sucedió, que pude analizar y ver que mi percepción de belleza propia estaba ligada a la mirada masculina.

Me parece importante que se hagan reflexiones sobre esto porque el machismo está metido hasta los rincones más profundos de nuestra sociedad y hace falta muchísimo trabajo para limpiar todo eso. Reconocer que éste es un problema y que tiene una afectación en la autoestima de las mujeres es un trabajo importante para hacer.

Un día hablando con mi mejor amiga, me contaba que en un curso que ella hizo sobre el feminismo en la moda, les habían planteado hacer una reflexión sobre cómo la mirada en el vestido y la moda ha sido, siempre, desde una lógica masculina. Ella me decía que, de hecho, nosotras las mujeres también nos vemos a través de los ojos masculinos pues en algún momento, desde la moda, ellos nos dijeron qué era lo bonito, lo feo, lo sexy, lo no sexy, entre otras valoraciones. Esto es interesante porque si lo pensamos, la forma en que las mujeres vemos a otras (más allá de la moda), tiene también un filtro masculino, y de la misma manera, nos juzgamos entre nosotras.

Con esto quiero invitar a las mujeres que me leen, que me cuenten si les ha sucedido algo que les haya hecho hacer una evaluación de su autoestima y su belleza, si la han separado de la mirada masculina o no, y si sienten que este filtro masculino permea más partes de sus vidas.

No sé si los hombres también puedan hacer una reflexión al respecto, es decir, no sólo en moderar sus miradas (y sus comentarios no deseados, mal llamados «piropos»), sino también identificar si se ven afectados por esta mirada machista. La hipermasculinidad plasmada por los medios de comunicación también debe tener algún tipo de impacto en los hombres y su autoestima. La mirada (tóxica, me atrevería a decir) de otros hombres también debe tener alguna incidencia.

Invito a los hombres que me leen que me cuenten si esto también les afecta y de qué modo. Si, haciendo una respectiva reflexión sobre sus propias miradas, pueden empezar a moderarla, a desintoxicarla, y mirar a sus congéneres de una manera diferente. Y de paso, que la reflexión se extienda a sus propias miradas hacia las mujeres.

Dentro de mi invitación a las mujeres, también, es a que reflexionemos si no sería interesante tratar de quitar este filtro masculino de nuestros ojos y deconstruir estos patrones de comportamiento para con nosotras mismas. Tal vez nos sorprendamos al ver que podemos percibirnos como bellas sin necesidad de la aprobación masculina. Tal vez así empecemos a ver el mundo con ojos realmente femeninos…

¡Espero sus comentarios!

7 comentarios sobre “La mirada masculina y (mi) autoestima

  1. Totalmente de acuerdo contigo! La percepción que tenemos de belleza es totalmente masculina, son los hombres quienes se han encargado de hacernos saber como nos vemos mejor o como debemos vestirnos, y lo mas increíble es que nosotras las mujeres también buscamos su aprobación en todo momento. Me parece increíble lo que cuentas de tu experiencia en Suecia, en mi caso particular desde muy pequeña me molesto que me dijeran piropos por la calle y debido a eso mi vestimenta siempre ha sido recatada. Ahora que lo pienso he sido cohibida por la mirada de los hombres. Y no se trata de solo ellos, a veces la criticas mas duras van de la mano de nuestras queridas compañeras femeninas.

    Y con esto también aprovecho para hacer un llamado a todas las mujeres a ser mas solidarias con nosotras mismas y aun mas con nuestro genero.

    Saludos desde Colombia!

  2. Hola nada ke buen post.. Sabes si somos machistas nuestras miradas pervertidas y nuestros piropos pueden marcar un estereotipo de belleza y como tu lo palmas afectar su autoestima. Considero que algunas ocasiones he desnudado con la mirada. Amas de una… (lo d e piropos si no soy), pero creo que es lo que la misma sociedad ha i culpado en nuestra cultura… «quién no lo hace no es hombre»… Hace poco hablaba con un mexicano y me comentaba lo mismo… En México tmb se castiga el acoso bastante fuerte de hecho. Me. Preguntaban si acá en Colombia podían mirar (léase. Morbosiar a las mujeres)… Creo que es algo ke la misma sociedad debe cambiar… Señores a cambiar y a hacer respetar a sus novias amigas hermanas madres hijas conocidas… Señoritas ha hacerse respetar… No vean un piropo como un halago… Véanlo como una falta de respeto

  3. Es la desafortunada realidad del primer mundo frente al nuestro, no es tanto un tema de idocincracia es mas un tema de educación, la educación con la que nos tienen enajenados y taciturnos callados frente a realidades convencionales de nuestro diario quehacer o del vecindario; sin duda acabas de visualizar que en verdad no todos los hombres somos iguales y las mujeres tampoco

  4. Me gustó mucho este texto. De acuerdo, las mujeres están constantemente bombardeadas por acoso sexual de todo tipo, desde el acoso callejero hasta las agresiones sexuales más violentas. Me alegro mucho que hayas podido descansar de esa manifestación patriarcal tan incómoda.
    Como hombre nunca he sufrido acoso callejero, ese no es un problema de los hombres, y no tiene por qué serlo de las mujeres. La espiración es que algún día eso pase en este país tan machista.

  5. Creo que falta una pieza en tu tema. Si analizas un poquito, los roles de género diferentes están en todas las especies animales. Todas las especies tienen también formas de cortejo. A medida que los animales evolucionan ganan en complejidad social, hay competencia entre machos y hembras por ser los “alfa”. Parte de esta competencia invita a los machos y hembras a pasar horas en el gimnasio, la peluquería y las tiendas de moda. Lo hacen para llamar la atención del sexo opuesto. Cada uno a su estilo. Nos guste o no, debajo de nuestra mente racional subsisten deseos de apareamiento, pero también algo más allá. Hay también deseos de formar familia, de solidaridad, de amor, de trabajo en equipo. Para que esto suceda se parte de rituales de cortejo y también implica una competencia por ganarse la simpatía de las mejores parejas como en cualquier otro animal. Como es algo que implica a hombres y mujeres, así sus estrategias y roles difieran, no creo que sea válido hablar de machismo o patriarcado aunque si de roles de género. Acepto que ciertas formas de cortejo (de hombres y mujeres), recurren a estrategias ofensivas y manipuladoras cuestionables y están siendo criticadas por las feministas con diferentes argumentos. Lo que nunca he encontrado en este tipo de artículos es ¿Cuales son las formas de cortejo que consideran socialmente válidas? ¿Cuales son las formas válidas de competir por ser un macho o una hembra “alfa”? ¿Cómo puede un hombre o mujer expresar de forma válida ese alboroto hormonal que tiene por dentro? o tal vez considera que una sociedad puede funcionar sin ningún tipo de cortejo. Ahora bien, la forma de cortejo válida implica que cualquier persona pueda por lo menos intentar un acercamiento de forma válida y una forma cortés de rechazarlo. No podemos caer en fórmulas de que un piropo es válido si me lo dice el que me gusta pero el mismo sería delito si me lo dice quien no quiero. Si estudias algo de antropología verás que todas las comunidades definieron variadas fórmulas de cortejo y competencia. ¿Cual propones?

    1. ¡Gracias por comentar! Siento que es muy importante mantener el diálogo abierto para que existan los cambios.

      Con respecto a tus preguntas:

      ¿Cuáles son las formas de cortejo que consideran socialmente válidas?

      Creería que una forma válida para cortejar a alguien es aquella que se hace con respeto y sin presión. Aquella en la que el acercamiento se hace con consentimiento ya sea verbal o no. En nuestra sociedad se ha normalizado un acercamiento de cortejo bastante violento y muchas veces invasivo. Las mujeres, lastimosamente, hemos estado más expuestas a este tipo de cortejo tóxico y muchas lo han normalizado (hasta yo lo hice en algún momento de mi vida). Aquí lo interesante es saber y reconocer a tiempo cuando un hombre (o una mujer) está haciendo un acercamiento de cortejo que está incomodando al otro. Muchas personas (hombres y mujeres) a veces no perciben cuando están siendo agresivos en su acercamiento y están incomodando o haciendo sentir en peligro a la otra persona. De nuevo, lastimosamente, esto pasa más a menudo de hombres hacia mujeres, aunque claro que se presenta de mujeres hacia hombres en diferente medida. Volviendo a la pregunta, yo creo que es perfectamente posible cortejar a otra persona sin caer en el molde tóxico de cortejo. Creo que una forma de cortejo respetuosa es algo que se debe ejercitar para que haya menos casos de violencia.

      A forma de ejercicio, sería bonito que pensaras en las veces que has cortejado a alguien y las veces en las que ese cortejo pudo haberse entendido de forma diferente a la que inicialmente quisiste. Incluso sería chévere también que le preguntaras a las mujeres que tienes a tu alrededor sus experiencias a la hora de ser cortejadas o de cortejar, y seguramente te vas a dar cuenta que hay algunos patrones que responden a comportamientos tóxicos en los acercamientos y el cortejo. Es importante que recuerdes que lo que para ti es un acercamiento normal, no lo es para la persona que está siendo abordada por ti.

      Te dejo algunas reflexiones sobre acercamientos y un video que me encontré sobre el tema:
      • Si haces un acercamiento y ves que la persona se sintió incómoda (hay muchas formas de reconocer esto, ya sea una mueca, una mirada evasiva, incluso una mirada de miedo, en fin, hay muchas), pues no sigas insistiendo, más bien piensa qué parte de tu acercamiento la hizo sentir así.
      • Si haces un acercamiento o un comentario (piropo) y ves que la respuesta no es positiva, no reacciones mal, mejor revisa si dentro de lo que dijiste hay palabras que no son halagadoras sino más bien agresivas o groseras.
      • Si ves a alguien que te gusta, pero no la conoces y tu primer instinto es acercarte y hacer un comentario sobre su apariencia, piensa si es necesario o inclusive apropiado que esa persona sepa lo que estás pensando de ella en ese momento. Muchas veces hacemos comentarios no solicitados a personas y las hacemos sentir incómodas.
      • Video: https://www.youtube.com/watch?v=zF6d_NuPoxk

      ¿Cuáles son las formas válidas de competir por ser un macho o una hembra “alfa”?

      Sobre esto, y siendo consciente que es sólo una opinión porque no soy antropóloga, siento que los humanos tenemos la capacidad de comportarnos bajo otras reglas que no son necesariamente iguales a las del resto del reino animal. Menos mal los seres humanos tenemos un cerebro lo suficientemente potente para erigir reglas que responden a comportamientos menos salvajes y animalescos. Creo que ya no estamos en la edad de piedra en donde aún prevalecía la sobrevivencia del más fuerte, sino que tenemos unas sociedades en donde hay cabida para todo tipo de «machos» y «hembras» en donde no todos tienen que ser alfa y pelearse hasta casi la muerte por territorio (incluyendo el territorio del cuerpo de la hembra), sino que pueden coexistir sin llegar a animalismos. Ahora con respecto a arreglarse y quererse ver lindo como forma de llamar la atención y ser el/a “alfa”, pues que delicia querer verse siempre lindo para uno y en extensión para el resto, ¿no? El asunto, creo yo, está en que para lo único que lo hagas es para otro y no para ti. En mi particular experiencia aquí en Suecia fue darme cuenta de que mi percepción de belleza estaba ligada a la aprobación masculina y no propiamente a la mía. Estoy aprendiendo a verme linda yo y para mí primero, como un ejercicio de reconstrucción de mi propia percepción, y pues si los otros también lo pueden percibir así pues que rico, pero lo primordial (para mi) ahora soy yo; algo así como que yo soy mi propia hembra «alfa» y no tengo que pelearme con nadie para esto.

      ¿Cómo puede un hombre o mujer expresar de forma válida ese alboroto hormonal que tiene por dentro?

      Creo que la mayoría lo respondí en la primera pregunta, pero a forma de refuerzo de la idea, creo que la forma válida es a través del respeto. En los años adolescentes somos más proclives a los alborotos hormonales, pero eso no significa que no podamos comportarnos como seres que pueden tratar a otros con respeto ya sea que si se quiera el cortejo o no. Ningún alboroto hormonal disculpa la agresión.

      ¿o tal vez considera que una sociedad puede funcionar sin ningún tipo de cortejo?

      Por ahora diría que somos una especie que se reproduce a través del cortejo entonces no sé si una sociedad humana fuera posible sin ello. Ahora, falta ver si hay algún escritor que imagine un mundo así y nos presente una forma diferente de ver esta parte de nuestra sociedad, pero por ahora diría que no, que aún somos seres sociales que necesitan de la cercanía del otro y eso lo hacemos mediante el cortejo y la construcción de comunidades.

      Como última cosa, tu mencionaste que “un piropo es válido si me lo dice el que me gusta, pero el mismo sería delito si me lo dice quien no quiero”. Con respecto a esto creo es importante hacer la distinción entre piropo y agresión verbal. Un piropo entendido desde su más puro significado es algo positivo, como dice en Wikipedia: “Puede referirse tanto a una acción como a una frase y se considera una forma elegante de seducción y el preludio del cortejo. Es sinónimo de cortesía, gentileza, delicadeza, atención, galanteo y espíritu o actitud galante.”. Ahora, el mal llamado “piropo”, ese que gritan los obreros cuando ven a una mujer pasar, o ese comentario no solicitado sobre la apariencia de alguien y las varias rimas populares que sacan de eso, no son piropo, son agresión verbal. Entonces en ese orden, una agresión verbal es siempre mal recibida sea de la persona que te gusta o de la que no; y, un piropo (de significado original) es raro que sea tomado mal, aunque si viene de una persona que no gusta, pues hay una posibilidad que no tenga el efecto deseado.

      Cuéntame qué opinas sobre lo que te planteo. De nuevo gracias por comentar. Ten un bonito día 😊

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