Entre el negro y el marrón, las máquinas gigantescas se alzan imponentes, silenciosas, y su inactividad las convierte en monstruos mudos a punto de atacar. Sonidos sordos de voces en la lejanía. Trabajo sin quejidos, cubiertos en el ébano color de la oscuridad que cubre sus ropas y piel. Ellos, los mineros, los héroes alSigue leyendo «Minas de Carbón»